martes, 24 de junio de 2014

Limpieza de cutis

Los olores nos muestran realidades especiales. Por el olor puede gustarte una persona, o puedes odiarle. Por el olor puedes cambiar tu actitud a la hora de comer, o a la hora de mantener una simple conversación.
Si se nos acerca alguien a quien le huele la boca, por ejemplo, no estaremos cómodos e intentaremos terminar cuanto antes la conversación. En cambio, si se acerca alguien que lleva un perfume que nos agrada, intentaremos prolongar ese momento.
Hay olores que nos llevan a instantes vividos, nos envuelven en el pasado. O nos recuerdan a alguien… Cada vez que huelo pollo asado por la calle procedente de un comercio de esos de llevarse la comida a casa, recuerdo la playa, ¿por qué? No se, pero me encantaría comer pollo en un chiringuito frente al mar, jeje.
Tengo perfumes y colonias que me hacen revivir momentos del pasado. Tanto es así que prefiero no volver a usarlas. Soy bastante cambiante en cuanto a las fragancias. Pero en ocasiones es preferible modificar algunas cosas triviales para no  Aquí
En cuanto al tema de olores corporales, debo mencionar mi agrado ante los sudores de algunos hombres. No penséis que me gusta el olor a macho cabrío, no, no. Pero hay algunos tíos que desprenden un olor realmente atrayente. A veces me sorprendo, pues puede ser un hombre de cualquier edad: adolescente, joven, maduro, mayor. Me doy cuenta que nunca he olido el sudor de una mujer. Será porque no tenemos unos olores tan fuertes. Lo que es insoportable es el olor de ciertas personas que, comprobado fehacientemente por mi nariz, no deben ducharse en varios días, y cómo se te acerque una a menos de un metro estás perdido/a

Me encanta el olor del chorizo, chuletas, etc, a la parrilla, días de campo y libertad, mmmm. El olor de gasolina también es agradable, y el de las lilas y madreselvas. Y por supuesto, no puedo olvidar el olor que trae el mar cuando estás en la playa…

Cada uno, dependiendo de las vivencias que tenemos, estamos esclavizados a determinados olores. Si te ha pasado algo malo o bueno y tu pituitaria estaba oliendo algo característico, el cerebro es capaz de almacenar ese olor para toda la vida y relacionártelo con ese momento, aunque tú no te dieses cuenta en ese instante.

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